¿Por qué Argos TSP no utiliza sistemas de traducción automática?

Aunque esta traducción automática es técnicamente exacta, el refrán español dice que los gatos tienen siete vidas. Cualquier empresa que quiera dirigirse a clientes hispanohablantes debería usar un lenguaje auténtico que conozcan y entiendan sus clientes. Por eso es tan importante que trabaje con verdaderos profesionales de la traducción que no utilicen este tipo de herramientas.

¿Quién nunca ha recurrido a Google Translate, Reverso o DeepL? Estas herramientas de traducción automática pueden resultar muy útiles, por ejemplo, para sostener una conversación básica con un letón, descifrar un texto escrito en húngaro o incluso escribir un pequeño mensaje en coreano. Aunque estas herramientas han mejorado considerablemente en los últimos años, se siguen caracterizando por una escasa fiabilidad y suelen provocar errores a veces divertidos, a menudo ridículos y siempre marcados por el amateurismo.

Este artículo no pretende negar por completo la utilidad de estas herramientas. Si bien pueden ser adecuadas en determinadas situaciones, consideramos que no están adaptadas a la traducción profesional en los sectores económicos en los que trabajamos, y de manera más general, a ningún tipo de traducción que se pretenda publicar de una forma u otra. Así pues, conviene restringir el uso de estas herramientas y usarlas únicamente para sostener una conversación informal o para leer por encima un texto escrito en un idioma que desconocemos.

Antes de continuar, tenemos que definir dos términos clave para entender mejor de lo que estamos hablando:

¿Qué es la traducción automática?
(machine translation)

 

¿Qué es la posedición (o post-edición)?
(machine translation post-editing o MTPE)

La traducción automática es la traducción generada exclusivamente por programas informáticos (software). La utilizan particulares, profesionales de todos los sectores económicos, e incluso algunos traductores en su trabajo diario.

 

La posedición es el proceso de corrección de una traducción automática por parte de un traductor profesional. Generalmente, las agencias de traducción son las que imponen este proceso de traducción a sus traductores para reducir costes. Algunos traductores también pueden optar por este tipo de proceso cuando el nivel de calidad requerido es bajo.

Entonces, ¿por qué Argos TSP no incorpora sistemas de traducción automática en su proceso de traducción y por qué no ofrece servicios de posedición a sus clientes?

Principales escollos de la traducción automática

La calidad de la traducción automática depende íntimamente de aquella de las traducciones utilizadas para «entrenar» el software

Para poder funcionar adecuadamente, un sistema de traducción automática tiene que analizar miles de traducciones existentes. Desgraciadamente, las traducciones que analiza son, por naturaleza, de calidad muy variable. Nosotros consideramos que las traducciones generadas con dichos sistemas ofrecen un nivel de calidad insuficiente en un contexto profesional porque se inspiran en traducciones demasiado literales, o incluso erróneas.

El software comete graves errores de interpretación

Los sistemas de traducción automática caen en la mayoría de las trampas lingüísticas clásicas. Los conceptos complejos, los giros atípicos, las palabras específicas de un determinado sector económico, los juegos de palabras, el humor, las indirectas o las frases idiomáticas son fuentes inagotables de errores que solo un buen traductor humano es capaz de evitar.

El documento original no siempre es perfecto

El autor del documento original rara vez se pregunta si su texto superará fácilmente la barrera del idioma. Se preocupa sobre todo por el mensaje que desea transmitir en su propio idioma, asumiendo el riesgo de expresarse a veces de manera vaga o confusa… Y traducir ideas confusas suele ser misión imposible sin la ayuda de un experto. Además, los documentos originales contienen a veces errores sintácticos, gramaticales u ortográficos frente a los cuales los sistemas de traducción automática son totalmente impotentes.

El software no tiene necesariamente en cuenta el contexto

Muchas palabras son polisémicas y no es raro que un mismo término tenga diferentes traducciones en función del contexto. Desgraciadamente, el software de traducción automática generalmente no tiene en cuenta el contexto de cada frase. Por ejemplo, observamos recientemente en un documento farmacéutico que un «motor» de traducción automática había traducido la palabra inglesa «score», que en el contexto del documento no era más que la ranura de un comprimido divisible, por la palabra «puntuación», a pesar de la supuesta revisión previa de la traducción. En un expediente de registro de un medicamento, este tipo de error puede generar problemas.

La traducción automática tropieza con los conceptos que no ha encontrado previamente

Si vive o trabaja en un entorno multilingüe, habrá notado que resulta prácticamente imposible traducir de manera satisfactoria ciertos conceptos en contextos específicos, incluso después de una búsqueda exhaustiva en la web. Si no encuentra la solución, es porque no está disponible con tan solo unos clics en la web y necesita un traductor experimentado para resolver el problema. En este tipo de situaciones, los sistemas de traducción automática se limitan a proponer traducciones literales que el lector probablemente no entenderá si no conoce el idioma original.

La traducción automática puede generar resultados extremadamente repetitivos

Al escribir un texto, y especialmente una traducción, conviene evitar repeticiones y redundancias, lo que obliga a utilizar un vocabulario rico y variado. Si lee un documento traducido de forma automática, observará que el software no ha realizado este trabajo, que sin embargo resulta obvio para un traductor humano. Esto se debe a que el software traduce frase por frase sin tener en cuenta (o solo muy poco) el resto de la traducción y el contexto general.

La traducción automática no permite garantizar la coherencia terminológica

El software no sabe cuáles son los términos importantes que deben armonizarse a lo largo de un documento e incluso entre varios documentos. Si ya ha tenido la oportunidad de leer un texto traducido de forma automática, se habrá dado cuenta de que ciertos términos fundamentales se han traducido de varias formas diferentes. Estas incoherencias provocan graves dificultades de legibilidad y comprensión. Un documento en el que se usan términos diferentes para referirse a un mismo concepto puede fácilmente despistar al lector. ¡Imagine, por ejemplo, la confusión del usuario que lee las instrucciones de uso de un producto electrónico en el que aparecen las palabras «batería», «acumulador» y «pila» para referirse al mismo objeto!

La posedición, una no tan buena idea

Tras haber expuesto los principales motivos por los que la traducción automática es generalmente inadecuada en un contexto profesional, puede resultar tentador pedir a un traductor profesional que revise la traducción automática para obtener rápidamente un resultado de buena calidad. ¿Significa esto que la «posedición» constituye la solución al problema? En nuestra opinión, esta no es una tan buena idea.

La traducción automática a menudo «engaña» al traductor

Si una traducción automática contiene errores, parece razonable suponer que un traductor podrá corregirlos fácilmente. Desafortunadamente, no es así. Cada error de interpretación que comete el software de traducción automática es una trampa tendida al traductor responsable de revisar el trabajo. Siempre quedarán errores que habrán escapado a su vigilancia, incluso después de varias revisiones. Algunas traducciones automáticas pueden dar una falsa impresión de «naturalidad», generando un engañoso sentimiento de seguridad. Nosotros pensamos que la posedición no es un proceso adaptado a la traducción profesional porque representa una extraordinaria fuente de errores.

A menudo, corregir una traducción automática equivale a volver a hacerla

En un contexto profesional, el nivel de las traducciones automáticas es tan bajo que en muchas ocasiones resulta más conveniente empezar desde cero y volver a hacer la traducción. Corregir cada frase para que refleje adecuadamente el sentido del documento original y se vuelva natural requiere simplemente más tiempo que volver a traducirla. El supuesto ahorro de tiempo que sirve de base para justificar la posedición no es más que un espejismo. Por mucho que les pese a los profetas de la traducción 3.0, no existe una buena traducción sin un buen traductor.

Un profesional mal pagado y poco motivado no puede producir un trabajo satisfactorio

La presión que ejercen en los precios las grandes agencias de traducción internacionales y las numerosas correcciones que serían necesarias para obtener una traducción de nivel «aceptable» convierten los proyectos de posedición en un trabajo muy poco interesante –tanto desde el punto de vista intelectual como económico– para los traductores. En consecuencia, suelen concentrarse en mejorar superficialmente el estilo de la traducción automática (siempre y cuando lo consigan sin volver a escribir todo) y se olvidan de corregir el sentido para ahorrarse el imprescindible trabajo de investigación propio del oficio. La posedición tiende a desresponsabilizar al traductor restándole la motivación necesaria para producir un trabajo esmerado, por falta de tiempo y remuneración.

Como habrán entendido, la posedición produce generalmente traducciones que no alcanzan un nivel profesional. Entonces, ¿por qué la mayoría de las agencias siguen proponiendo este servicio?

Gracias a la posedición, las agencias de traducción aumentan sus márgenes, pidiendo simplemente a traductores mal pagados que revisen traducciones automáticas de mala calidad mientras siguen facturando a sus clientes tarifas elevadas, a menudo sin que ellos lo sepan. Esto plantea el mismo problema ético que el restaurante que supuestamente se dedica a servir platos caseros mientras en realidad utiliza productos industriales congelados.

A veces el propio cliente, que desconoce el mercado de la traducción, incita a las agencias a bajar sus precios y recurrir a la traducción automática o la posedición. Los departamentos de compras tienden a considerar la traducción como un simple «gasto» entre muchos otros y rara vez son conscientes del peligro al que exponen su empresa con sus políticas de reducción de costes. Solo podemos invitar a las direcciones de las empresas a tomar consciencia de ello. La traducción de calidad tiene un precio: la agencia de traducción debe estar en condiciones de remunerar correctamente a sus traductores y revisores humanos, y de cubrir sus gastos de funcionamiento. Una traducción excesivamente barata oculta probablemente un problema grave: posedición disimulada, ausencia de revisión, traductores inexpertos, trabajo descuidado, etc.

¿Quienes son los grandes perdedores del auge de la posedición?

¿Podemos afirmar que el buen traductor es una especie en vías de extinción? Si las grandes agencias internacionales continúan explotándolos con sus sistemas de posedición para maximizar sus beneficios, los traductores cualificados podrían reorientarse hacia sectores de actividad que remuneren mejor su trabajo y su experiencia.

Si bien la generalización de la posedición plantea un desafío importante a los traductores, los grandes perdedores son los clientes que contratan servicios de traducción. La calidad de las traducciones tiende a disminuir y esta tendencia continuará. En nuestra opinión, la imagen de su empresa merece mucho más y el tiempo de sus equipos es demasiado precioso para que lo malgasten en interminables revisiones que no tendrían razón de ser si recurriera a una agencia boutique como Argos TSP.

Entonces, ¿debemos dejar de utilizar ordenadores para traducir?

¡Por supuesto que no! La traducción asistida por ordenador (computer-aided translation, CAT) es una herramienta extraordinaria. Argos TSP es un defensor convencido de un modelo basado en los conocimientos y experiencia de traductores humanos equipados con las mejores herramientas de ayuda a la traducción.

Como habrán entendido, Argos TSP no recurre a la posedición. No nos dedicamos a explotar a traductores basados en países donde la «mano de obra» es más barata para que revisen traducciones automáticas. Pero esto no significa que nos hayamos quedado en la edad de piedra. Por supuesto utilizamos herramientas que nos ayudan a garantizar la coherencia de las traducciones. Simplemente continuamos proponiendo a nuestros clientes fieles y a todos aquellos que desean unirse a nosotros traducciones realizadas y revisadas con esmero por profesionales experimentados y equipados con las últimas tecnologías.

Si usted también sueña con poder confiar en una empresa de traducción, ¡póngase en contacto con Argos TSP!