Breve reseña histórica sobre el término financiero “invertir”

Esta palabra se deriva del latín medieval investire y se compone del prefijo in y del radical vestire, que significa “vestir”. En italiano, este último verbo no ha sufrido cambios a través de la historia (vestire), mientras que se ha transformado en vêtir en francés (sinónimo del verbo habiller más frecuente) y en “vestir” en castellano.

El vocablo investire se utilizó por primera vez en la jerga militar italiana con el sentido de “sitiar” o “rodear al enemigo”, para luego ser adoptado por el inglés (to invest) y el francés (investir). A finales del siglo XVI y principios del XVII se empezó a usar la palabra investir en francés en el sentido de “asignar responsabilidades a alguien”, siendo rápidamente acogida por el inglés (en los años 1640) y otros idiomas. Esta acepción, que ha perdurado durante siglos hasta la época actual, se sigue utilizando en inglés en expresiones como “to be invested as president”, en francés en la palabra “investiture” y en castellano en la palabra “investidura”.

La acepción “asignar a alguien una responsabilidad financiera” surgió por primera vez en Italia a principios del siglo XIV y en Inglaterra a principios del siglo XVII (T. Aldworth). Lo que originalmente significaba “vestir” se transformó en “colocar capitales en”. Sin embargo, esta nueva acepción no logró atravesar el Canal de la Mancha sino hasta principios del siglo XX. El término financiero “investir” apareció en el diccionario Larousse francés en 1922, aunque en 1937 la palabra “investisseur” (inversor / inversionista) recibió fuertes críticas por parte del escritor y dramaturgo Abel Hermant, quien la consideraba un anglicismo1.

 

Se ha producido un error en español?

Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico
Joan Coromines, José A. Pascual, Gredos, 20 sept. 2001

Según los diccionarios de referencia (incluidos diccionarios etimológicos), el verbo original español se derivaría de invertere, que significa “invertir” en el sentido de “voltear”. Hoy en día, el vocablo español invertir tiene dos significados claramente diferenciados: “voltear” y “colocar capitales” y, ante esta bisemia, se justifica una aclaración de la etimología de esta segunda acepción. Algunas páginas web2 proponen explicaciones dudosas de la etimología de esta palabra en el sentido financiero, como “colocar capitales para obtener una ganancia futura”, partiendo del principio de que cuando uno invierte dinero, lo hace con la esperanza de obtener un beneficio en el futuro.

Esta justificación suena perfecta y a todos nos ha tocado leer explicaciones etimológicas mucho más extravagantes. Sin embargo, se trata de una justificación retrospectiva y meramente especulativa de lo que parece ser una simple deformación de la palabra para facilitar su pronunciación, al igual que cocodrilo debería ser crocodilo puesto que se deriva del latín crocodilus o el país Argelia debería ser Algeria (del árabe Al-Djaza’ir). La ortografía auténtica de la palabra se perdió en alguna parte y es natural ya que la lingüística no es una ciencia exacta. Es frecuente que el desarrollo del lenguaje siga caminos inesperados.

En todo caso, esta explicación parece más lógica que la de la página web antes mencionada: la palabra “investir” en el sentido de “colocar capitales” cruzó el Canal de la Mancha a principios del siglo XX, pero ya había recorrido más de 1000 km antes de llegar a la frontera francoespañola. La travesía de los Pirineos le resultó fatal y la “s” se transformó en “r”.

En aquella época, España no estaba a la vanguardia de la terminología financiera. Se utilizó la palabra invertir, que ya existía en el sentido de “voltear”, en lugar de la palabra investirque también existía con el significado de “sitiar” y “asignar responsabilidades a alguien”, como en los demás idiomas mencionados anteriormente. Así pues, desde un punto de vista histórico, la palabra española debería ser investir y no invertir. ¡Pero ya no hay remedio!

 

¿Por qué “invertir” no es la palabra adecuada?

Cuando se ha adaptado una palabra para facilitar su pronunciación o es de origen dudoso, en general resulta difícil derivar nuevas palabras de ella y el principal indicador de esta dificultad es la coexistencia de varias palabras derivadas que comparten el mismo sentido.

Veamos a continuación un breve ejemplo de la dificultad existente para construir derivados de una palabra de origen dudoso. La red social estadounidense Twitter decidió que “to tweet” sería el verbo adecuado para describir la acción de publicar uno de sus mensajes cortos. Pero en los demás idiomas, ¿qué se supone que debemos hacer? Es muy sencillo: en las demás lenguas coexisten varias palabras derivadas con el mismo sentido. Por ejemplo, en un artículo publicado en el diario francés Libération (28/01/14) encontramos la siguiente cita: “Un graffiti peint sur un mur de Rome montrant le pape François en superman a été twitté mardi”, mientras que en el no menos serio canal de noticias LCI (28/01/14) se podía leer “Un graffiti montrant le pape François en superman a été tweeté mardi”. Hoy en día, la segunda forma es la más común, pero al principio, nadie sabía muy bien cómo traducir este verbo. Esto no es más que un ejemplo, pero podríamos encontrar miles del mismo estilo.

En el caso específico que nos interesa aquí, si en lugar de invertir el radical fuera investir, todo sería mucho más fácil:
– “Investimento sería un sustantivo derivado aceptado por todos los hispanohablantes para designar el hecho de “investir” o el “capital investido”
– “Investidor sería un sustantivo derivado aceptado por todos los hispanohablantes para designar el autor de un “investimento”, en lugar de las dos palabras actuales, inversor (aceptada solamente en España) e inversionista (aceptada solamente en América Latina).

A modo de conclusión, si se hubiera aplicado la lógica a principios del siglo XX, la palabra invertir hoy sería investir y todo sería más fácil. Pero la evolución de la lengua no siempre sigue la lógica y es lo que la hace humana.

 

Referencias

1 Centre National de Ressources Textuelles et Lexicales, http://www.cnrtl.fr/
2 http://definicion.de/inversion/: Una inversión, en el sentido económico, es una colocación de capital para obtener una ganancia futura. Esta colocación supone [renunciar a] un beneficio inmediato por uno futuro y, por lo general, improbable.